La
buena reputación de Ignacio Martínez de Pisón
Samuel
y Mercedes contemplan con preocupación el futuro de sus dos hijas ante la
inminente descolonización de Marruecos y el regreso de los españoles del
Protectorado a la Península. Estamos en Melilla, son los años cincuenta y, en
ese contexto de cambio e incertidumbre, el matrimonio decide viajar a Málaga
para establecerse en una España que comienza a abrirse lentamente a la
modernidad. De la mano de cinco miembros de una misma familia, esta saga
recorre treinta años de nuestra historia y transita por ciudades como Melilla,
Tetuán, Málaga, Zaragoza o Barcelona. Los deseos e ilusiones de Samuel y
Mercedes, de sus hijas y de sus nietos se verán condicionados por secretos
inconfesables en una vida que transcurre fugaz e inesperada.
La
buena reputación es una novela sobre la herencia que recibimos del pasado y
sobre el sentimiento de pertenencia, la necesidad de encontrar nuestro lugar en
el mundo. Autor imprescindible de las letras españolas,
Ignacio
Martínez de Pisón da vida en estas páginas a unos personajes inolvidables, en
un retrato nítido y veraz de la vida cotidiana y el devenir de una familia. Una
lectura maravillosa a la que uno desea volver porque en ella vemos reflejadas
nuestras propias vivencias y la nostalgia de aquellos momentos que se pierden
en el recuerdo.
COMENTARIO DE MARIA JOSE AGUILERA
No
ha sido una novela que me haya resultado fácil de leer. Hubo momentos en los
que me costaba avanzar, porque realmente en la vida no siempre pasan cosas, hay
momentos en los que ésta transcurre de manera plácida.
Martínez
de Pisón nos presenta a los personajes de uno en uno, hablándonos a través de
ellos. En el prólogo nos cuenta la despedida de doña Mercedes, nos da un esbozo
de los personajes, nos presenta a sus nietos, con los que tenía relación pues
los otros tres casi no salen, nos presenta a su criada, la fiel Felisa y nos
presenta a sus hijas. A Samuel se le nombra de pasada, en algún recuerdo.
Es,
cuando termina ese prólogo-presentación, cuando empiezan los personajes a
hablarnos de manera individual. Comienza entonces Samuel a contarnos la
historia. Nos habla de su pasado, de su religión, de cómo se relaciona con la
comunidad… Todo desde el punto de vista de Samuel, cuenta lo que hacen los
demás pero sin entrar en detalles, porque solo cuenta lo que sabe. Es entonces
cuando Mercedes toma la narración y Samuel pasa a ser un secundario en la
historia. Pero ella no empieza desde el principio, no, sigue con la historia
donde su marido la dejó. Siempre adelante. Puede que comente o piense algo del
pasado (de esa manera llenamos algunas lagunas dejadas en la historia de
Samuel) pero, en general sigue con la historia.
Así transcurre la novela, los personajes se dejan
paso los unos a los otros, contando cada uno su historia a partir de un punto,
revelándonos cosas o dejándonos con las ganas de saber. Como si el autor, en
lugar de inventar, hubiera tenido una entrevista con cada uno de ellos y nos
contara la que dicen. El autor no lo conoce todo, y tampoco se entrevista con
todos. Nos falta información pero tenemos que conformarnos con lo que nos
cuentan.